El 1 de Mayo es una jornada de solidaridad y reivindicación internacional, y este año tiene lugar en medio de una profunda crisis económica y financiera, que en el País Valenciano se manifiesta de forma dramática.

La Unión Europea, que actúa a merced de la canciller Merkel, insiste en sus recetas neoliberales: déficit, golpe al Estado de bienestar y a los derechos sociales y laborales, paro y recesión. Políticas que en España muestran su perfil más antisocial, con reformas laborales orientadas a debilitar la negociación colectiva y acabar con el convenio como herramienta de protección de trabajadoras y trabajadores. 4.512 expedientes de regulación de empleo en el País Valenciano el año pasado, un 30% más que el anterior.

Pero sin duda, el rostro más cruel de estas políticas es la destrucción de empleo y el paro. El número de personas desempleadas en el País Valenciano alcanza las 700.000; de ellas, 381.700 no cobra ningún tipo de prestación.

Además, el Gobierno no para de privatizar, de transferir recursos públicos a la iniciativa privada, de generar una creciente desprotección e inseguridad entre los sectores más desfavorecidos.

Reformas y recortes amenazan la salud y la seguridad laboral, con consecuencias graves en las condiciones de vida y trabajo decentes. La declaración de Enfermedades Profesionales en nuestra Comunidad se ha reducido un 15,20% en 2012, confirmando la tendencia de infradeclaración. Simultáneamente, el registro de los accidentes mortales, que no se pueden ocultar, sube un 15,38%.Por si fuera poco, aumenta la desafección de la ciudadanía hacia la política y se recrudece la crisis institucional, justo cuando son más necesarias que nunca las políticas públicas para mejorar la vida de la gente.

Frente al drama del paro, reactivación económica y empleo.
Frente a la desregulación laboral, derecho del trabajo y convenio colectivo.
Frente a las privatizaciones, servicios públicos y protección social.
Frente a la crisis social y política, más y mejor democracia.